Cuando nos encontramos con alguien que no soporta ciertos sonidos, normalmente los tildamos de malhumorados, histéricos o intolerantes, sin embargo, la misofonía también llamada síndrome de sensibilidad afectiva al sonido es una afección poco estudiada y comprendida para muchos pero que se considera una afección psiquiátrica. La misofonía afecta a las personas que no toleran ciertos ruidos y que les provocan estrés, irritación, ansiedad o ira por lo que acaban experimentando sensaciones verdaderamente desagradables.
En la actualidad la misofonía no está incluida en los manuales diagnósticos a pesar de ser un fenómeno que lleva recibiendo atención desde la década de los 90, pero, a pesar de ello, es un trastorno bastante tratado en nuestro centro de psicólogos Málaga.
Qué es la misofonía
El término misofonía significa odio (miso-) al sonido (-fonía) y fue acuñado por los neurocientíficos Pawel y Margaret Jastreboff en 2001. Este desorden provoca una falta de tolerancia hacia los ruidos o sonidos cotidianos como pueden ser masticar, toser, gritar, llorar, chasquear los labios, el sonido de una tiza al escribir, el sonido de la respiración etc y que a diferencia de las personas que no lo padecen, en quienes sí, provocan un gran malestar.
Según un estudio publicado por la revista Journal of Clinical Psychology en 2014, hasta un 20% de la población podría sufrir misofonía en sus diferentes grados. Parece que el contexto tiene gran influencia en la misofonía. El lugar donde el sonido se desarrolla o la persona que lo emite puede determinar el nivel de irritación o malestar que produce en la persona.
Lo que NO es la misofonía
Existen diferentes afecciones que pueden confundirse con misofonía sin embargo son términos que presentan distintas implicaciones:
- La misofonía no es hiperacusia que está más relacionada con la intensidad, volumen o nivel con que la persona percibe los ruidos o sonidos. Estas personas perciben los sonidos de manera más intensa que el resto y esto les provoca malestar e incluso puede llegar a ocasionarles dolor.
- La misofonía no es fonofobia que es el miedo hacia ciertos sonidos independientemente de su intensidad o volumen. No es que le irriten o les provoque malestar, si no que la persona siente miedo al escucharlos. Nos encontraríamos ante un caso de ansiedad, concretamente ante una fobia específica.
Causas de la misofonía
Por ejemplo, en un estudio publicado en la revista Current Biology se ha encontrado que existen diferencias en el lóbulo frontal entre las personas con y sin este trastorno. Concretamente encontraron que, las personas que sufren misofonía parecen tener una mayor mielinización en la materia gris de la corteza prefrontal ventromedial y una conexión anormal (hiperactivada) entre el lóbulo frontal y la corteza insular anterior la cual tiene un papel relevante en el procesamiento de emociones y de las señales que recibe el propio organismo (internas y externas). Esto podría hacer que las personas que sufren el trastorno experimenten estos ruidos “normales” como desagradables, incluso tengan un ritmo cardiaco más acelerado y un aumento de la sudoración.
Síntomas de la misofonía
No existe una evaluación específica para la misofonía. Para su diagnóstico es importante la observación de la conducta del paciente al escuchar ciertos sonidos que le resultan irritables y que arrojan señales sobre el problema. Algunas señales muy comunes en personas que padecen misofonía son:
- Reacción exagerada ante un ruido simple
- Evitar el sitio donde se encuentra el sonido
- Reaccionar de forma exagerada tras escuchar el ruido
- Evitar realizar actividades o personas para no tener que soportar el ruido
- Agitación, irritabilidad o enfado al escuchar un ruido.
No obstante, si existe una escala de activación de misofonía llamada en inglés Misophonia Activiation Scale o MAS-1 en la cual se diferencian 11 niveles donde se valora el nivel de gravedad que presenta la persona con misofonía.
Sonidos que provocan la misofonía
Algunas personas sienten malestar al escuchar un ruido y en otras, puede existir una lista interminable de sonidos que les resultan intolerables. Aquí presento algunos de los sonidos más “odiados” por las personas que sufren misofonía:
- Sonidos producidos por la boca: masticar, sorber, bostezar…
- Sonidos producidos por la respiración: respiración ruidosa, roncar, estornudar…
- Sonidos producidos por la voz: susurrar, tatarear…
- Sonidos producidos por el ambiente: pasar páginas de un libro, escribir con una tiza en una pizarra, el sonido que producen las teclas del ordenador cuando escribes, el sonido del reloj…
Tratamiento de la misofonía
También pueden estar indicadas técnicas de relajación que pueden ayudar a la persona que sufre misofonía a adaptarse mejor a los sonidos desagradables. Estas técnicas incluyen neurofeedback, hipnosis, meditación etc.
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Es necesario realizar una mayor investigación de la misofonía que ayude a encontrar las causas del trastorno, así como a desarrollar líneas de tratamiento eficaces.
Bibliografía
Kumar, Sukhbinder; Tansley-Hancock, Olana; Sedley, William; Winston, Joel S.; Callaghan, Martina F.; Allen, Micah; Cope, Thomas E.; Gander, Phillip E.; Bamiou, Doris-Eva; Griffiths, Timothy D. (2017). The Brain Basis for Misophonia. Current Biology, 27(4), 527–533. doi:10.1016/j.cub.2016.12.048
Tengo interés en el tratamiento de esta enfermedad, ya q mi mamá sufre de ella y nesecito la cura para ayudarla.
El primer paso es normalizar y aceptar tal problemática ya que no es algo que se vaya a curar, por lo que el tratamiento debe de ir dirigido a aprender a convivir con dicha condición. Para ello, es importante dotar a la persona que la sufre de diferentes habilidades de afrontamiento a los sonidos que le provocan un alto nivel de malestar, con el objetivo de aumentar su tolerancia a ellos. Por otra parte, es posible que la misofonia influya en el estado emocional, por lo que otro de los principales objetivos del tratamiento será proporcionar a la persona habilidades y estrategias que le ayuden a gestionar diferentes emociones negativas, como por ejemplo son el estrés, la ansiedad o la ira. Aún así, es importante tener en cuenta que el tratamiento psicológico de cualquier patología es importante individualizarlo y adaptarlo a las características y necesidades de cada paciente.